martes, 19 de junio de 2007

Gusto Altiplánico

Por: Jorge Alarcón
4ta Edición

A más de 3000 metros s.n.m., parece que lo que en menos uno piensa es en comer. Totalmente errado. Las tierras ubicadas a ésta altura también guardan secretos culinarios ancestrales, que conquistarán al más incrédulo de los comensales.

Está nueva aventura, nos llevo hasta la ciudad de Puno, ubicada en la Provincia y Departamento del mismo nombre situada en la región del altiplano peruano. El clima es bastante cruel en algunas épocas, pero soportable gracias al equilibrio de temperatura que le da el lago Titicaca, una maravilla natural que sostiene el ambiente de la zona, abundante en truchas enormes y sabrosas.

Ésta ciudad de ritmo pausado y gente agradable, nos ofreció lo más selecto de su cocina en la hora del almuerzo. El lugar recomendado ésta vez, fue el restaurante Tushpa, ubicado en el Jr. Deustua, frente a la Plaza Mayor de la ciudad. La decoración es sobria y elegante, orientada a un Snack en las noches frías. Los ambientes son pequeños y bien distribuidos, todo en el segundo piso. Las cartas están en inglés y español, ya que la mayoría de asistentes son turistas europeos y norteamericanos.

Seleccionamos de dicha carta como entrada un Queso Frito. Efectivamente, nos sirvieron un pequeño plato con tres trozos de queso Paria (elaborado en esa región) frito pero de consistencia pastosa con una salsa de cebolla picada con ají y otros ingredientes que no llegue a descubrir. Esta combinación es deliciosa y muy agradable, para saborearla pausadamente. Potaje básico a probar si va a Puno.

Como plato de fondo, solicitamos la especialidad de la casa: Alpaca a la parrilla con papas doradas.
A pesar de que nos sugirieron no comer demasiado para no cargar el estómago por el soroche, no pude soportar la curiosidad por probar esta carne. Me sirvieron un filete grueso y jugoso que despedía un olor celestial. La papas estaban finamente cortadas y sin rastro de grasa. El sabor de la carne de alpaca, al principio desconcertó mi paladar, pero al pasar los bocados cada vez más rápido, fui notando que lo que hace famosa a esta carne es su textura y sabor equilibrado, algo fibroso pero sin perder su blandura. Terminé extasiado del nuevo sabor, finalizando el almuerzo con un té Tuspha, preparado especialmente con hierbas digestivas que evitaron algún malestar gástrico que pudiera presentarse por el frío y la altura.
Increíble experiencia para sus paladares. No dejen de pedirlo.

Con la barriga llena, el corazón contento y las manos un poco frías, partimos de esta ciudad que en nuestra corta estadía nos hizo sentir mucha paz y tranquilidad, nos obligó a abrigarnos bien y nos mostró que en cualquier clima y altitud, el buen comer es posible si tenemos el espíritu y la disposición para nuevas experiencias. Ah!!! y no deje de visitar el lago. La experiencia es invaluable.

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